Por fin, ha llegado el momento tan esperado: volver a dormir a la granja.
El año pasado, por el Covid, nos quedamos con las ganas de cumplir nuestro sueño anual, nuestro gran viaje en infantil.
Los pingüinos de 4 años y los dragones de 5 años han pasado dos maravillosos días en la granja Giraluna, estábamos como locos por volver a la granja a disfrutar de aprendizajes que solo allí podemos vivir: experimentando, descubriendo, explorando, correteando, cayendo, levantándose, manchándose de barro, superando sus miedos, riendo, toqueteando todo a su alrededor…
La curiosidad se mantiene por las nubes desde que llegan hasta que se despiden de aquel mágico lugar, pero cuando cae la noche, el cielo se baña de estrellas y salen al bosque a buscar al duende Juan Campanilla… lo que esos corazoncitos experimentan, es imposible de describir con palabras (igual que lo que sentimos las profes viendo sus caras de sorpresa).
Puro aprendizaje en vivo y en conexión con lo más grande que tenemos en este mundo: la naturaleza y los animales.
Estos renacuajos han vivido tantas cosas bonitas y especiales, que dudamos que puedan olvidarlas.
En una sola palabra:
MAGIA
Gracias familias por prestarnos a vuestros pequeños, por superar vuestras preocupaciones y miedo por dormir lejos de ellos, por alimentar su ilusión, su autonomía y su crecimiento personal.